Todo empezó con el abuelo Antonio, camarero de feria y restaurant. El Manolo y su mujer, la Mari, la hija del Antonio, vinieron a Barcelona desde Sevilla para trabajar.
Él hizo de todo dentro de la restauración. Y aprendió.
Así que la pareja abrió un bar de comidas en Molins: el Manolo era el camarero y la Mari, que era la cocinera y aún no sabía ni freir un huevo, acabó siendo una maestra de la cocina española. Tuvieron dos hijos y diferentes bares y restaurantes. Cuando el Antonio se jubiló, el Jose, el nene de el Manolo, empezó en la hostelería, en un bar que tenían en la Verneda…
