Varias luces se vislumbran por los retrovisores de mi moto. En pocos minutos puedo oír el retumbar de los big twins que se acercan. Son siete u ocho Harley Davidson con matricula holandesa. Cargados con equipaje y los correspondientes atuendos de identidad del correspondiente MC, me rebasan con impaciencia, al tiempo que brindan un educado saludo motard. Es tarde y seguro que quieren llegar a tiempo para refrescarse con unas cervezas en el recinto donde se celebran los esperados Harley Days 2012.
Un remolino de Harleys, petardean a la entrada del recinto mientras esperan que les den paso para acceder a la Avenida Reina María Cristina, el lugar más solicitado para aparcar. Son los Harley Days y su especial seducción. Seguramente esta avenida se habrá convertido en el lugar donde se concentra la mayor cantidad de motos de una misma marca que muchos hayan visto jamas.
La espectacularidad de una movida de este tipo solo se puede ver en Barcelona durante este peculiar fin de semana. Familias enteras paseando, con la ilusión de que algún día quizás papá tendrá una de esas cromadas motos con manillar ancho y flecos en los puños. Otros incluso tienen varias big twins y alguna de concurso. Los demás, simplemente disfrutan de pasear con la pareja en su flamante Sportster 883 customizada. El colorido, como es de suponer es muy variado, empezando por el predominante negro y acabando por el naranja purpurina de mi casco. Se pueden ver distintivos de chapters de todas partes. Chalecos de los que sobresalen dos peludos y tatuados brazos, barbas blancas, ray-bans que esconden caras de malo, sensuales minifaldas, provocativos escotes, melenas rubias, melenas morenas y Harleys, muchas Harleys, algunas con matriculas de no sé que países. Es la magia de los Harley Days.